Por: Tatiana Rojas, Coordinadora de CONATRADO Chile y miembro del Comité Ejecutivo de HomeNet Internacional

Según la OIT (Organización Internacional del Trabajo), la mayoría de los cuidadores son mujeres, que se ocupan principalmente de sus hijos, nietos y ancianos. Esta división de roles se basa en la percepción cultural de que el trabajo de cuidados es predominantemente femenino. A nivel mundial, las mujeres dedican un promedio de 4 horas y 25 minutos al día al trabajo de cuidados no remunerado, en comparación con 1 hora y 23 minutos de los hombres (OIT, “Trabajo de cuidados y trabajadores del cuidado para un futuro laboral decente”, 53).

Ante estas cifras, resulta fundamental reflexionar sobre la relación entre el trabajo de las mujeres en el hogar y su rol como cuidadoras. En Chile, CONTRADO organizó un taller para mujeres cuidadoras en la comuna de Estación Central, en colaboración con el Centro de Salud Mental (COSAM). Este taller, denominado “Jornada de Capacitación para Cuidar y Cuidarse”, buscó abordar principalmente la salud mental de estas mujeres, quienes, en muchos casos, se ven obligadas a trabajar en el hogar para cuidar a niños, adolescentes y adultos mayores de sus familias. Este trabajo debe ser equilibrado con actividades generadoras de ingresos, lo que muchas veces genera sobrecarga emocional y física. Las cuidadoras asumen la responsabilidad total de la persona dependiente, ayudándola con actividades del día a día que pueden ser simples o complejas.

La carga emocional que supone ser cuidador puede generar ansiedad, aislamiento social, tristeza, irritabilidad, depresión, estrés, fatiga, insomnio y dificultad para concentrarse, lo que afecta negativamente a su calidad de vida.

Algunas de las demandas expresadas en el taller incluyen la falta de redes de apoyo, el aislamiento social, la vulnerabilidad socioeconómica y la necesidad de sensibilizar a la comunidad y a los funcionarios públicos sobre la importancia del cuidado.

En conclusión, es fundamental reconocer y valorar la labor de las mujeres cuidadoras. Debemos concienciar sobre los múltiples roles y cargas que enfrentan las mujeres cuidadoras y promover políticas públicas que brinden el apoyo necesario para mejorar su calidad de vida y su bienestar emocional. La inversión en este ámbito no solo las beneficiará a ellas, sino que también fortalecerá a las familias y, en última instancia, a la sociedad en su conjunto.