Oradora: Jemima Nyakongo, Coordinadora interina de HNI

Los trabajadores a domicilio son trabajadores que producen bienes o prestan servicios desde sus hogares o alrededores. A nivel mundial, constituyen un segmento vital de la economía informal. En 2019, la OIT estimó que había 260 millones de trabajadores a domicilio en todo el mundo, lo que representa el 7.9 % de la población ocupada.

Las personas que trabajan desde casa realizan contribuciones diversas y significativas a la economía local y global, así como a sus hogares. Sin embargo, a pesar de sus contribuciones, permanecen invisibles y no son reconocidas por gobiernos ni empleadores.

Existen dos categorías de trabajadores a domicilio, pero hoy me centraré en quienes trabajan por cuenta propia. Por ejemplo, un tejedor de cestas. Estos trabajadores diseñan, producen, comercializan y venden sus productos en mercados locales e internacionales a través de plataformas digitales como sitios web especializados, Instagram y WhatsApp.

Un ejemplo de un trabajador autónomo que trabaja desde casa es un tejedor de cestas o un fabricante de ropa que vende en mercados locales pero que también vende a través de plataformas digitales. 

Muchos teletrabajadores acceden a sitios web especializados, Instagram y WhatsApp, para vender sus productos. Si bien estas plataformas les ofrecen vías para vender sus productos, también los exponen a situaciones de vulnerabilidad, donde se cancelan pedidos, lo que provoca pérdidas financieras y acumulación de existencias.

Estas plataformas digitales tratan a quienes trabajan desde casa como emprendedores o artesanos y no los reconocen como trabajadores, cuando en realidad son trabajadores contratados por ellas. Las plataformas especializadas en prendas tradicionales y obras de arte incluso realizan grandes pedidos a quienes trabajan desde casa. El hecho de no reconocerlos como trabajadores les da a los empleadores la oportunidad de eludir sus derechos laborales.  

Además, estas plataformas crean principalmente espacio para trabajadores individuales, en lugar de para unidades de la economía social y solidaria. Esto lleva a la alienación de los trabajadores y a la eliminación de la oportunidad de colectivizarse y sindicalizarse.  

Las disparidades en el acceso digital agravan aún más sus vulnerabilidades. Muchos trabajadores autónomos que trabajan desde casa carecen de la alfabetización digital o de los dispositivos necesarios para interactuar eficazmente con las plataformas en línea, y a menudo dependen de intermediarios o familiares para navegar por los espacios digitales. Esta dependencia crea niveles adicionales de subcontratación y dependencia.

Como HomeNet International, representamos a más de 1.3 millones de trabajadores a domicilio y exigimos que todos los trabajadores de la economía de plataformas, incluidos los trabajadores a domicilio por cuenta propia, sean reconocidos como trabajadores y protegidos por la ley. Deben tener acceso a formación digital asequible y el derecho a organizarse para la negociación colectiva.