Jueves, junio 5th 

Oradora: Jemima Nyakongo, Coordinadora interina de HNI

Soy Jemima Nyakongo, tejedora de cestas de Kenia. Estoy aquí hoy no solo como trabajadora a domicilio, sino también como la voz de millones de trabajadoras como yo en todo el mundo.

Durante muchos años, he trabajado por cuenta propia, tejiendo cestas y vendiéndolas a nivel local y nacional. También trabajo como subcontratista de una empresa que me encarga bolsas, lo que me convierte en trabajadora a domicilio y parte de una cadena de suministro. A pesar de mis contribuciones, se me etiqueta como "trabajadora informal", un término que ignora la dignidad e importancia de mi trabajo.

No elegí trabajar desde casa; es la única manera de sobrevivir en mi comunidad. Como mujer, cargo con la carga del trabajo de cuidados no remunerado, cuidando de mis hijos y mi hogar. La falta de empleos cercanos hace que encontrar un empleo formal sea casi imposible: o viajo largas distancias a diario, lo cual no puedo hacer por problemas de movilidad y costos de transporte, o me mudo a una ciudad más grande, lo cual tampoco es viable.

Soy un trabajador: alguien que produce, gana y contribuye a la economía. La diferencia entre "informal" y "formal" radica en el reconocimiento y los derechos. Trabajamos muchas horas, ganamos menos del salario mínimo y carecemos de acceso a protecciones sociales como seguro médico, prestaciones por maternidad o pensiones. Nuestro trabajo es vital, pero invisible.

Hoy hablo en nombre de HomeNet International, una red global que representa a más de 1.3 millones de trabajadores a domicilio a través de 71 organizaciones en 30 países. La agenda de la CIT de este año es fundamental para nuestra labor de incidencia. Los trabajadores a domicilio necesitan ser reconocidos como trabajadores, y solo así podrán acceder al empleo formal. También somos actores clave en la economía de plataformas y nos vemos afectados por los riesgos biológicos en el hogar.

Esbozaré brevemente las cuestiones clave y los pasos inmediatos necesarios para abordarlas:

En primer lugar, agradecemos participar en las discusiones sobre la Recomendación 204 de la OIT, cuyo objetivo es formalizar la economía informal. Sin embargo, la formalización debe basarse en la comprensión de nuestras necesidades específicas, como:

  • Leyes y reglamentos que reconocen nuestro trabajo y protegen nuestros derechos;
  • Acceso a protecciones sociales como atención sanitaria, prestaciones de maternidad, cuidado infantil y pensiones;
  • Apoyo a la Economía Social y Solidaria a través de políticas y servicios.

Afortunadamente, contamos con el Convenio 177 de la OIT, adoptado en 1996, que reconoce a los trabajadores a domicilio como trabajadores. Sin embargo, solo 13 países lo han ratificado. Este Convenio debe priorizarse a nivel mundial, y las leyes nacionales deben alinearse con sus principios y aplicarse.  

En segundo lugar, en el contexto de la economía de plataformas, muchos trabajadores a domicilio operan en este panorama cambiante, que ofrece acceso a los mercados, pero nos expone a vulnerabilidades: pedidos cancelados, pérdidas financieras y falta de protección. Cuando las plataformas establecen plazos y grandes pedidos, actúan como empleadores, pero a menudo ignoran sus responsabilidades hacia nosotros.

Finalmente, el cambio climático amenaza aún más nuestros medios de vida. El calor extremo, las inundaciones y otros desastres nos afectan desproporcionadamente. Durante las inundaciones, los hogares y lugares de trabajo se llenan de agua contaminada, estancándose durante días, destruyendo nuestra única fuente de ingresos, planteando graves riesgos para la salud y exponiéndonos a peligros biológicos que nos perjudican a nosotros y a nuestras familias.

A la luz de estos desafíos, instamos al Tripartito de la CIT, a los gobiernos y a los empleadores de todo el mundo a considerar lo siguiente:

  • La definición de “trabajador” debe ampliarse para incluir a todos: trabajadores formales e informales, trabajadores por cuenta propia y trabajadores a domicilio subcontratados. 
  • El término «lugar de trabajo» debe abarcar todos los lugares de actividad económica, incluidos los hogares. El Convenio 190 de la OIT reconoce los lugares de trabajo más allá de las fábricas, tanto en espacios públicos como privados.

Invitamos a gobiernos, empleadores y comunidades a unirse a HomeNet International para construir una economía más justa e inclusiva, que no deje a nadie atrás. Garantizar un trabajo decente para todos es una responsabilidad compartida.